Candela es aparte de mi mejor amiga, tal vez la persona que mas fácilmente me puede incitar a cruzar la delgada linea que separa la cordura de la locura. Me conoce como la palma de su propia mano y ha llegado a ese punto tras muchos años de convivencia muy cercana; es por eso seguramente que sabe la facilidad con la que me pico y entro al trapo de cuanta barbaridad se le ocurre a la bala perdida esta. La última con que me salió es el particular reto de navidades que como por no variar, acepté.
La cosa es sencilla, resulta que Candela está viviendo con un chico desde hace muy pocas semanas. Por nuestra cercanía y complicidad pasamos mucho tiempo juntas y casi casi cada una de nosotras tiene en el piso de la otra, una habitación; pero desde que Candela está compartiendo con este chico; pues yo he preferido mantenerme un poco al margen sobre todo para respetar sus espacios y su intimidad. Bien, lo que ella cree que yo no soy capaz de hacer, es ir a su casa y comportarme exactamente igual que cuando vivía sola. Es decir, tenemos una sorprendente querencia por el nudismo, nos encanta vivir sin cortinas y sin bajar las persianas. Para nosotras, los tabues sexuales y casi de ningún tipo existen. Aunque no tenemos sexo, entre nosotras la expresión corporal y el contacto físico estan muy presentes en nuestra cotidianidad; además del gran cariño, afecto y confianza que nos tenemos. En definitiva, lo que Candela cree que me ocurrirá es, que renunciaré a mi modo de ser por no incomodar a su nene y mal sabe ella que en este momento para mí, es mas reto si cabe el sacarle los colores al chiquillo que mostrarme muy recatada y pura.
Mi contrapartida a su reto consiste en que ella debe conseguir por el método que prefiera que resultemos en el jacuzzi de su piso los tres juntos y desnudos. Sin que su chico salte por la ventana en el intento. Lo que hace todo esto un poco mas divertido, es que el chico es un recién llegado a nuestras vidas. Es un chileno un pelín puritano que vino a hacer un contacto con una importadora de vinos. Lo conocimos en la champañería una noche de copas y mi amiga después de una semana de polvos en hoteles, lo alojó en su casa por el resto de los 4 meses que va a durar su estadía en Barcelona. Creo que para quien realmente va a ser muy divertido este reto es para él, que sin comprarlo le ha tocado la lotería anticipada. No solo con mi amiga que es una amante de cuidado, sino más aún ahora conmigo revoleteando en pelotas por el piso y con ganas de llevárselos al jacuzzi. Mañana os cuento como fue la primera noche en casa de Candela.
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